Los que somos de pueblo y hemos pasado de los 40, tenemos en nuestra memoria las cremas de la señora de la esquina, las de Conchita, las de doña Angélica, las de la familia Gallego o las de Tildita, exquisiteces con que congelaban en los precarios refrigeradores de la época junto con la carne y los trozos de yuca picada y otros alimentos y que tenían el sabor que se entremezclaba con la madera de la cocción y el toque de cada una de estas matronas que en la cocina no tenían competencia.

Muchos recordarán las cremas, hoy llamados helados, de chocolate en forma de sombrilla, o las de moresco o salpicón y como olvidar las de leche con bocadillo o los bananos congelados, los que no las probaron en un día soleado después de jugar futbol en la calle o de montar bicicleta por el barrio, prácticamente no tuvieron infancia.

Y es que toco este tema porque me encontré, las que denomina su creadora, las mejores cremas de La Ceja; en un pequeño local del barrio El Hipódromo, bajando del hospital, exactamente en la carrera 18 con calle 17 está el Granero La Reja y allí las Cremas de Doña Alba, un producto que endulza el alma, calma le sed, la ansiedad y que remueve los recuerdos, una iniciativa que nació hace 16 años y que según su dueña empezó una vez abrió el granero.

Mango biche, salpicón, mora, fresa, guanábana, arequipe con maní, son algunos de las variedades de cremas que allí se pueden encontrar, doña Alba Tabares, la creadora de las cremas, afirma que las recetas para sus productos se las ha regalado Dios, estas llegan a su cabeza y con un poco de ingenio las ensaya y a la gente le encantan.

Hoy día doña Alba hace cremas para una institución educativa de La Ceja, los lunes, miércoles y viernes despacha 100 cremas que disfrutan estudiantes y profesores, además de las que vende en su granero; una, dos, cinco o hasta 18 cremas se ha llevado un solo cliente de su negocio, sus mayores compradores son los trabajadores de las constructoras y los jóvenes de los colegios, y es que, a mil pesos, quien se va a resistir a una deliciosa crema

Por eso si usted no se ha chupa´o una crema, lo invito para que venga don de doña Alba, al Granero La Reja y si es mayor de 40, rememore su infancia, y si es joven, pues prueba una delicatessen, que nosotros de muchachos teníamos en el pueblo.

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